CAPITULO Vll
Como si nada hubiera pasado entre en el salón. Según me acercaba alguien me puso una copa en la mano mientras con la otra jugueteaba con un amuleto de oro (que reconocí al momento)
-¿Supongo que no me recuerdas? No te preocupes, es normal. Entonces solo miraba muy calladito. Pero yo si te recuerdo…La esclava más interesante e inteligente de todas. Entregada a su Amo sin reservas, siendo centro de atención e ideal de cualquier aspirante a sumisa.-Por la expresión de mi cara dio cuenta que se estaba pasando.-Amo Demian, para servir a la Dama en lo que guste.-Su risa franca me contagio.- ¿Recuerdas? Damián, ese flacucho que siempre estaba “estorbando”.
-Si…Damián el cachorro de…perdona el nombre de tu Ama no…Lo siento ¿refréscame la memoria?
Recordaba todo, personas, nombres, situaciones…Parecer un poco olvidadiza en mi situación parecía lo mejor para sacar información sin parecer cotilla. Y él estaba dispuesto a dármela.
-Princesa Kristal. Mi Señora ¿la recuerda?
¡Cómo no¡ Una gran mujer. Culta, hermosa, prudente, madura. De sangre real, hija de un Rey de un país que ya no existe. Devorado por la guerra, como muchos que sucumbieron a los cambios de política e intereses. Exiliada en un mundo moderno, pudo ser ella misma y vivir gozando de su libertad hasta el último día.
No pude seguir con el interrogatorio. Demian me hizo notar que algo pasaba…Suavemente del brazo, me llevo hasta un sofá donde me acomodo a la espera de acontecimientos.
-Perdona, siento interrumpir nuestra conversación…Pero la fiesta a un no ha terminado, queda el regalo del anfitrión. Después, todos podemos participar. Te gustara ¡Es lo mejor!
Con gran solemnidad, Raúl se acercó hasta la pared frontal, la más grande. Acciono un mecanismo y esta se deslizo suavemente dejando a la vista otra habitación. Una mazmorra inmensa escavada en la roca. De la nada se encendieron antorchas y candelabros por doquier, iluminando toda la estancia. Jaulas, cepos, potros, cadenas, poleas y demás utensilios...Pero lo más impresionante era el artilugio central. Sujeto a un gran marco, un círculo de madera se acoplaba dentro de él, sujeto a cuatro puntos estratégicos para que girase en todas las direcciones. A cada lado del marco, unas manivelas se encargaban de rotar semejante estructura (que dos esclavos se encargaban de mover). En la parte inferior del aro, tenía para apoyar los pies y en la superior unas asas para las manos, ambas con sus respectivas esposas de cuero, cadena y candado. En el centro, a la altura de la cintura unas ligaduras a modo de cinturón, para tener sujeta a la persona al girar el aparato. Parecía inspirado en el “Hombre de Vitrubio”, de Leonardo Da Vinci, convertido en una gran Cruz de San Andrés más “sofisticada"
En la sombras, bajo un manto, una pequeña figura esperaba pacientemente al lado de la estructura. Raúl la tomo por la cadena amarrada a su collar, acercándola al centro de la estancia ¿Quién sería la afortunada?
En la sombras, bajo un manto, una pequeña figura esperaba pacientemente al lado de la estructura. Raúl la tomo por la cadena amarrada a su collar, acercándola al centro de la estancia ¿Quién sería la afortunada?
Soltando el nudo que sujetaba el manto, retiro la capucha. Este cayó al suelo descubriendo la identidad de la mujer. Quede perpleja, era lo último que esperaba…
Lía miraba al suelo en señal de respeto. Su largo pelo, sujeto en lo alto de la cabeza, el maquillaje ¡espectacular! Su cuerpo resplandecía como bronce bruñido. Quieta, dejando que todos la admirasen ¡La joya de Amo Luar! Esperando que el Amo dispusiera de ella, para el disfrute no solo de él, de todos. Ver por vez primera como era sometida su preferida ¡El regalo del anfitrión!
La verdad, no esperaba que Lía fuera el final de semejante esperpento. Desee que fuera una sesión normal, pero sabía que algo estaba maquinando…
Soltó la cadena de su cuello, tirándola al suelo. Ella misma se colocó en la máquina (como tantas veces…Solo para él) Cuando estuvo bien sujeta, la maquina empezó a girar. Para empezar, eligió un látigo de entre los colgados en la pared. Dirigió su mirada hacia mí. Se sonrió al ver mi palidez.
La esclava, de espaldas ante él publicó. Recibió el primer latigazo…Su expresión corporal no mostraba el dolor. Pequeñas motas de oro saltaron de su piel. Siguieron los azotes…cada vez más fuertes. Con un gesto índico a los esclavos…estos empezaron a girar el círculo como una peonza, sobre sí misma.
Él no se movía de su sitio, pero el cuerpo de ella recibía un latigazo cada vez que se exponía…uno de frente, otro de espaldas…el resplandor de su cuerpo palidecía a cada golpe, dejando la marca donde caía el látigo, produciendo una nube de polvo dorado.
De nuevo, un gesto casi indetectable (código que solo los esclavos entendían) La máquina dejo de girar, dejándola de frente. Toda ella expresaba el placer que empezaba a experimentar. Esta vez se decidió por una vara de bambú, larga y muy fina. Con la punta de esta toco su barbilla, echando hacia atrás la cabeza de ella. Empezó a dibujar en el aire, casi sin tocarla, solo el silbido de la vara al volar…En su cuerpo aparecieron los primero trazos, desde los pechos hasta los tobillos. Raúl se puso a su espalda, e hizo lo mismo. Co la cabeza erguida pude ver la cara de Lía ¡Era toda sensualidad! Su cuerpo se contorsionaba al ritmo de la danza, absorbiendo el dolor…disfrutando de todas sus sensaciones. Cuando el acabo, paso la mano por su espalda…Una caricia, un premio por su entrega.
Pero aún no se había terminado…
Pero aún no se había terminado…
Con una vuelta de manivela la dejaron un poco inclinada hacia atrás, preparándola para seguir…Paso la punta de los dedos por sus pechos, bajando hasta el vientre. Un escalofrió recorrió toda su piel…ya sabía lo que la esperaba y al parecer, lo deseaba ansiosamente.
De su cuello, descolgó una cadena con una pequeña llave de oro. Le quito el candado de su sexo, guardándolo junto con la llave en un bolsillo. Abriéndolo con los dedos, jugo con su clítoris. Ella cerró los ojos, dejándose llevar…Saco los dedos, estaban mojados, pringosos de sus jugos. Él se los dio a probar, ella los lamio con deleite, dejándolos limpios…muy limpios.
Fue hasta uno de los candelabros. Cogió una vela y con cuidado entro en el círculo, colocándose tras su cabeza. Con una mano la sostenía por el pelo, con la otra el cirio por encima de su pecho. Vertió el preciado néctar…Sus senos desaparecieron bajo el caliente rio que bajaba por el canal de su vientre hasta desembocar en el abismo, entre sus piernas. Reclamando más velas para que el flujo no parase (Perdí la cuenta de la incesante demanda) Goteaba como cascada, dejando estalactitas suspendidas de los aros de su clítoris. Mientras, el la besaba, mordía sus labios y cuello haciendo que en todo momento estuviera al bode del orgasmo. Aun no tenía permiso para correrse…y eso, la enloquecía aún más.
La posición volvió a cambiar. Nuevamente empezó a girar sobre sí misma, mientras la dejaban en posición vertical.
Cambio la vela por una fusta. De frente, ambos se miraban con lujuria…Poco tardo en quitar la cera de su cuerpo. Con certeros golpes despego hasta la última mota de ella. Los pezones erectos, la piel roja…El calor emanaba de su ser. Sudor que compartían. En él, gotas perladas cubrían su frente, resbalando por su sien…En ella, lágrimas de placer y dolor… Mientras volvían a colocarla en vertical, dando orden de bajarla.
Al soltarla de la máquina, cayó al suelo a cuatro patas…En posición sumisa. Agarrándola por el collar como una perra, tiro de ella (caminado como tal, de rodillas) hasta colocarla a los pies de un cepo. Tirando del pelo, la levanto y coloco en él, quedando en un ángulo de noventa grados con el culo en pompa. Esta vez fueron dos flogger descargando en el trasero su furia alternativamente, a dos manos. La entrepierna de Raúl estaba para estallar. A cada latigazo estaba más excitado…Cuando de las llagas mano sangre, perdió todo control. Tiro los gatos y saco su polla del pantalón. La penetro con furia…Sujetándose al madero del cepo para tener más fuerza, un punto de apoyo…
- ¿DISFRUTAS DE LO QUE TE DOY?- Al decir eso, saco la polla del coño y la empalo por el culo. Cuando estaba a punto de correrse la saco. Dio la vuelta y se la metió en la boca. Con los dedos enredados entre el pelo tiraba de la cabeza. Ella se ahogaba, salivaba y lamia con deleite…Él le daba cachetazos en la cara, cada vez más fuertes -¡ASI ME GUSTA! MÁS…TRAGATELA… ¡YA!
Tan absorta estaba que no me había dado cuenta de nada más…Mire para otro lado y vi que no solo era Raúl quien se divertía. Aquello era una orgia…
Quería salir de allí…Alguien me agarro por el brazo…Sin mirar quien era, como pude me zafe. Estaba tan perturbada que salí de allí tan rápido como mis pies me lo permitieron.
Dentro de mi cuarto me sentí a salvo…Hasta que los golpes en la puesta casi la derriban.
Como pude, arrastre una pesada cómoda hasta la entrada bloqueándola. Mientras él gritaba como un loco…
-¡ABRE LA MALDITA PUERTA!-Con cada golpe lo repetía sin parar.
No sé cuánto tiempo paso. De repente los golpes cesaron, todo quedo en calma. Me desnude y metí en la cama hecha un ovillo. Esperando el alba, un nuevo día.
CAPITULO VIII
Estaba dormida cuando unos suaves toques en la puerta me despertaron. La mañana estaba muy avanzada, casi medio día.
-Dama ¿Está bien? Soy Naya ¿Me deja pasar?
Me dolía todo el cuerpo (supongo que de la tensión) Como pude moví el mueble. La puerta se abrió un poquito, lo justo para mirar…
-¿Estás sola? No quiero ver al Amo…
-Si Dama. El Amo se marchó hace horas…no ha dormido en la casa y aún no ha vuelto ¿Me deja pasar?
Moví un poco más el mueble, Naya entro como pudo... Se arrodilló ante mí sin saber qué hacer, que decir…
-¿Cómo esta Lía? ¿Qué paso después, cuéntame?- Las preguntas se agolpaban en mi mente, quería saber que había pasado.
Mientras colocaba el mueble en su sitio y recogía las cosas esparcidas por la habitación, intentaba saciar mi curiosidad sin decir más de lo debido. De hecho lo tenía prohibido, pero…
-Lía esta…está bien. Elia la está cuidando…no se preocupe, en un par de días estará como siempre. Como le decía, el Amo se fue después que usted- No paraba de hacer cosas, en un intento para que no la preguntase nada más. La agarre de brazo para que me mirase…
-¡NAYA! Si no me lo cuentas con pelos y señales, te meteré en una de las jaulas de abajo ¡ENTENDIDO!-Su actitud cambio, se arrodillo y estrujando las medias entre las manos (pobres medias) lo soltó todo…
-Cuando el Amo termino, usted ya no estaba. Marchó en su busca. Nosotras salimos detrás de él, quedándonos en las escaleras. Oímos golpes y gritos…Al cesar el ruido, rápidamente bajamos otra vez, (para que no nos sorprendiera, ya me entiende) Fue a la mazmorra y hecho a todo el mundo de la casa ¡los hecho a todos! ¡LA FIESTA SE HA TERMINADO, VESTIROS, IROS A DIVERTIR A VUESTRA CASA! Gritaba como un loco…les quitaba la copa de la mano…los empujaba. Hasta cogió un látigo y los amenazo. Les faltó tiempo para salir corriendo… Soltó a Lía del cepo…alguien se había cebado con ella mientras el Amo se ausento, tiene…quemaduras muy raras en la espalda. No puedo decir quien fue…había perdido el conocimiento. Verla tirada en el suelo, de esa manera…el Amo salió corriendo de la casa, cogió su coche y se fue. Ya no se nada más ¡lo juro!
-Mi mochila ¿Dónde está? – Mi urgencia la descoloco…Corrió a buscarla.
¿No estaba en la casa? Bien, me daba tiempo para hacer varias cosas muy importantes.
En cuanto me la dio, busque mi teléfono. Seguro que estaría descargada la batería. Lo puse en el cargador mientras le pedía a Naya que sacara la ropa junto con mis efectos personales. Me puse un vestido con unas sandalias planas…Pedí me preparase el almuerzo el dormitorio (no quería perder tiempo y necesitaba intimidad) El día solo había empezado.
Mientras, baje para ver en qué estado encontraba a Lía. El medico la había curado y sedado. No tenía por qué aguantar el dolor. Ordene a Elia que no se separa de ella y me avisara cuando volviese el médico.
La casa estaba impoluta, cada uno hacia su trabajo diligentemente…No tenía que preocuparme. Subí a mi habitación, la comida preparada estaba en una mesita en el balcón. Despedí a Naya con orden de no molestar hasta que la reclamase. En cuanto quede a solas no solté el teléfono. Mientras comía las llamadas se sucedían. Termine bien entrada la tarde…El plan empezaba a tener forma.
Elia me comunico que el medico estaba con Lía. De camino encontré a Naya esperando en el pasillo, tal y como le ordene. Aproveche para darle algunas instrucciones.
-Prepara dos habitaciones, las mejores que de la casa. Mañana vendrán invitados (sin dejar de andar, ella me seguía) uno de mis amigos traerá a su sumisa. Date prisa, mañana a primera hora lo quiero todo perfecto.
El medico miraba las heridas de la paciente, no se percató de mi presencia hasta que le pregunte directamente…Las “quemaduras” estaban cicatrizando bien, las contusiones…bueno, el cuerpo de ella las absorbía como algo natural, sin problemas. Me despedí hasta la próxima visita. “Agradecí” su discreción, diligencia y ética (Cobraba una fortuna el muy cabrón)
Disfrute de la piscina y cene en el velador. En mi cuarto repase toda la información que mis contactos y amigos me dieron. Con ese pensamiento me acosté. Mañana tenía muchas cosas que hacer…muchas.
Disfrute de la piscina y cene en el velador. En mi cuarto repase toda la información que mis contactos y amigos me dieron. Con ese pensamiento me acosté. Mañana tenía muchas cosas que hacer…muchas.
(L.E.D.D)
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