jueves, 7 de julio de 2011

DESIDIA.


Nada…nada es lo que parece.
¡Hace calor!
Desnudas, ante una tarde de desidia total.
Sin prisas, sin pausa…dándome el capricho de sentir  las caricias que te exijo,
sin más deseo que hacer lo que mi voluntad te ordene y la imaginación nos lleve.
Tendida de espaldas, ¡ya sabes lo que quiero!…
Tus manos acarician las curvas de mi silueta sin dejar un solo tramo.
Relajo todos mis sentidos, siento tu deseo en mí.
Tus ojos miran hipnotizados, solo sus pupilas muestran la vida que emana de ellos
cuando un suspiro escapa de mi garganta y mi piel responde al roce de tus dedos.
El sudor empapa nuestros cuerpos, dejando una estela de febril abandono.
Y te abrazo y te beso, hasta quedar una encima de la otra.
Mientras mis manos atrapan tu pelo para ver tu cara derrotada de placer…
¡Mi placer!
Tirando de él, con mis manos como guía, recorres el mapa que deseo…
La garganta, los pechos, junto con mi vientre que encorvado recibe tu boca, tu lengua.
Tus manos siguen trabajando…
Pequeños aguijones, descargas eléctricas de placer recorren mí ser.
Y por fin, libas del néctar que entre mis piernas espera ser devorado hasta la última gota.
Lames, juegas, suspiras, calor que mi sexo reclama en cada gota de sudor que derramas.
Aceleras ¡ya no hay freno!
¿Córrete conmigo?
Solo con esa orden tu cuerpo me da lo que deseo.
Solo con tu placer mi cuerpo desata la pasión que me transmites…
Y las dos morimos entre sudor placer y desidia.
Las dos nacemos entre un mar de caricias.
En este anochecer.
Tú cuerpo cosido al mío,
sin querer soltar un solo alfiler que clave en tus manos,
 pegadas al mío.
(L.E.D.D)


No hay comentarios:

Publicar un comentario