miércoles, 16 de marzo de 2011

EL DESEO.

Todos los días elijes esta ruta, hace tiempo que te observo… pasas por mi esquina sin mirar, aunque sientes mis ojos clavados en ti. Analizo tu lenguaje corporal, tu esfuerzo continuo por no mirar…me sonrió al pensar cuantas cosas imaginas y no te atreves a pedir pensando que soy algo prohibido, mundano, solo para soñar  y tener pensamientos ocultos.
Sin mirarme los ojos, temblando como un chiquillo pones en mi mano un trozo de papel, la nota muy escueta, una invitación para cenar en tu casa esta noche… a media noche…miro como te alejas con paso rápido y sonrió al pensar… ¡por fin a dado el paso!


Es un caserón antiguo, de los pocos que quedan en esta calle, majestuoso, con un toque barroco, bien conservado…el reloj da las doce, es la hora. Me adentro por el jardín hasta una gran puerta, está abierta, esperándome. Descubro una alfombra de pétalos de rosas bordeada de cientos de pequeñas velas, camino que presagia algo más que una cena romántica…una melodía serena ameniza mi corto paseo hasta un gran salón,  en él, la mesa dispuesta para un solo comensal.
Tan ensimismada contemplando tanto esplendor no reparo su presencia por detrás. Delicadamente me quito la capa  que cubre mi cuerpo del frio guardándola con suma delicadeza. Bajo ella, solo una túnica de seda pegándose a la piel, siendo parte de mi. Gire  para ver su cara, pero como siempre estaba inclinada. Con la punta de mis dedos toqué su barbilla, quería ver sus ojos y entender  por qué estaba allí, ellos me lo contarían todo...mi cuerpo respondió, y mis pezones resaltaban del brillo de la seda.
-Un poco de vino, mi Dama ¿?
Asentí…y empezó la cena plagada de manjares servidos por mi joven anfitrión con tanta delicadeza, entrega…sumisión.
Después  me conduce a otra habitación, una alcoba preparada al gusto más refinado, toda ella emana deseo…grandes butacas, pesados cortinajes, alfombras por doquier y una gran cama con dosel…la imaginación se dispara y me preparo para sentir.
Sentada plácidamente…postrado a mis pies,  sin osar mirarme, un susurro de placer escapa de su boca solo con el roce de mi piel al acercar mi pierna hacia su cara. Acaricia  el zapato devorando cada línea dibujada con sus dedos, besando cada espacio recorrido…hasta que  digo ¡BASTA!
Despacio con sumisa reverencia se levanta para descorrer una cortina tras la cual muestra su deseo…toda la pared preparada para ser su castigo, su placer. Contemplo todos y cada uno de los juegos preparados...la Cruz de San Andrés en  el centro de la estancia desata mi deseo solo con mirarla...
Ordeno que se quite la ropa…y ante mi aparece un hombre dispuesto a dar todo lo que mi deseo antoje. De rodillas espera temblando de placer  y a si recibe el primer latigazo…uno tras otro retorciéndose, gimiendo, pidiendo más…agarro su pelo tirando de él y a rastras lo llevo a la Cruz. El cuerpo sujeto, la polla estrangulada con una cuerda bien fuerte y una mordaza consigue amortizar los gritos cada vez que la vara silba al rozar su piel…dulcemente le digo palabras al oído mientras los huevos a punto de estallar son presa sin piedad de mi excitación consiguiendo una explosión que nos alcanza a los dos…
Al desatarlo cae a mis pies, lamiendo, limpiando cada gota de su semen  en mis zapatos… con la fusta hago que se ponga a cuatro patas apoyado en un diván, con las velas del candelabro recorro toda su espalda, derramando la cera caliente, primero gota a gota después en cascada quemando su piel. A  mi orden se da la vuelta, y termino por cubrir toda su masculinidad con ella calentando sus entrañas para luego, con él gato, arañar, quitarla a golpes  y hace que se corra una vez más…a si hasta que su cuerpo esta todo marcado, vejado, saciado.
Un baño caliente preparado con agua de rosas aguarda mi cuerpo sudoroso, me desnuda con sumo cuidado, ayudándome a entrar en el agua. Acaricia todo mi cuerpo…y de regalo tiro de la cuerda aun atada a sus huevos, ¡que delicia para ambos ¡
Seca mi piel con suaves paños, y me alza en brazos hasta la cama. Desnuda me dejo llevar…  sus manos ungidas de aceites, dándome placer con un suave masaje recorriendo mi ser, lamiendo, besando cada recodo, centímetro a centímetro sin deja un solo poro, empezando por mis pies, deteniéndose en mi coño saboreando su néctar y terminando en mis labios, en mis ojos…haciendo sentir  que mis entrañas derraman toda la pasión de esta noche.
El alba se acerca envuelta en sabanas de seda…el, duerme a mis pies, ajeno ya a todo, soñando. La noche termino, visto mi ropa y marcho a mi esquina, saciada, satisfecha, mundana, prohibida solo para soñar a los ojos  de los demás, soy…EL DESEO.
(L.E.D.D)


6 comentarios:

  1. Cada vez que la leo.... siento!!! El video sólo le añade ambiente. Perfecto, amorcito

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  2. El relato es para vivirlo¡¡Gracias por todo...tu ya me entiendes.
    Mil besos amorcito

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  3. majestuoso, sensual y lujurioso relato....una delicia.....transmites mucho, y cautivas...

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  4. Gracias J. Antonio. Tu crítica hace que siga en mi empeño, aprender a transmitir todo lo que siento.
    Gracias de nuevo, un placer, besos.

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  5. La atmósfera se pone cada vez más densa
    hasta que la mezcla de lujuria, sumisión y poder,
    la hace casi irrespirable...
    y se acaba de leer con la boca abierta,
    la garganta seca, la piel interrogante.

    UN AUTÉNTICO PLACER!!!

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  6. Daniela, gracias por tus palabras, te aseguro que el placer lo compartimos...
    Mil besos diosa.

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